El tema que decidimos tocar hoy resulta ser altamente complejo. A raíz de las recientes acusaciones por acoso y abuso sexual al productor y director de teleseries, Herval Habreu, así como las acusaciones al actor Roberto Farías, decidimos dedicar el capítulo de hoy a conversar sobre ese secreto a voces: el acoso en las escuelas de teatro.

¿Secreto a voces? Por ahora sí, pues salvo un par de casos que salieron hace años a la luz pública, no tenemos mayores antecedentes, denuncias ni procesos sobre el modo en que se entiende la formación de actrices y actores en las escuelas de teatro. Pero puede que las cosas cambien con el nuevo canal de denuncias que ha abierto el Sindicato de Actores y Actrices (Sidarte) en conjunto con la Corporación La Morada, para aportar a que víctimas de acoso y abuso puedan ser escuchadas.

Al programa teníamos una invitada que nos daría luces sobre el asunto pues participó activamente del Foro sobre el acoso en las escuelas de teatro que tuvo lugar a fines del año pasado. Lamentablemente por agenda debió bajarse. Sin embargo, aprovechamos el tiempo para conversar sobre la necesidad de crear protocolos incluso para aquellas cosas que nos parecen de sentido común.

Pero, ¿cuál es el límite de acción de un protocolo en una disciplina cuya formación se basa en el trabajo con el cuerpo, los afectos y la proximidad? La pregunta planteada por Iván nos abre a un asunto muchísimo más complejo pues, al mismo tiempo que reafirma la necesidad de un protocolo estandarizado, implica una institucionalidad fuerte y atenta al día día, centrada en la protección de las víctimas.

Y más allá de ello, nos habla de la necesidad de lograr profundizar e ir más allá de los primeros impulsos sin inhibir la necesaria discusión pública. Precisamente este tema apareció al enterarnos de la toma feminista de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, toma que pese a afectar a todos los miembros de la comunidad universitaria, solo permite el voto femenino. ¿gesto necesario? ¿Antidemocrático? El punto es poder generar espacios para discutirlo más allá del fragor del necesario espacio de denuncia que hoy se abre.

Se trata, a todas luces, de un tema sin solución, y por lo mismo animamos a todas y todos a disentir, opinar, escribir, comentar en redes sociales para no dejar de… conversar.

Canciones de Los Miserables (con «Estimados Contertulios«) y Los Prisioneros (con «Corazones«).