Citación: siempre hay alguien más abajo a quien despreciar
Federico Zurita fue a ver «Citación» al Teatro Taller Siglo XX Yolanda Hurtado. Aquí nos da su opinión sobre la obra.
La obra Citación es un trabajo de creación colectiva de un grupo de actores en colaboración con el director Carlo Urra (Nacimiento, Estas tres hermanas cubanas). La acción dramática está construida a partir de una sola situación que ocurre en un espacio cerrado. Esta acción tiene como propósito discursivo presentar a una pequeña comunidad al interior de un colegio que, con la forma de una metonimia, pueda participar de la representación de rasgos culturales de nuestra comunidad nacional.
Estos rasgos son los propios de un mundo que ha naturalizado la existencia de una estructura social jerarquizada y violenta, como consecuencia de las determinaciones que la lógica de consumo en esta fase del capitalismo ejerce sobre los sujetos que componen la comunidad.
La acción dramática en Citación se lleva a cabo al interior de la oficina de un profesor reemplazante en un colegio católico. Los padres de uno de los alumnos (un carabinero y una mujer arribista) y la madre separada de otro (auxiliar del colegio donde su hijo estudia becado), han sido citados a hablar con el profesor y el director del colegio tras un incidente que involucra a sus hijos. En la espera de que llegue el director, los apoderados y el profesor se ven sometidos al aumento de la tensión en el diálogo, al hacerse visibles sus diferencias de visiones sobre el conflicto de sus hijos y sobre el valor de las personas.
El conflicto que sitúa a los personajes en esta situación tiene como propósito tramar un tejido en que los diferentes personajes dejen manifestarse sus prejuicios sobre los otros. Lo que caracteriza la formulación de las visiones de cada participante de la acción sobre el problema que los aqueja es el desprecio por los otros.
Los juicios que se formulan siempre encuentran un inferior en el que está al frente. Así, alguien puede ser considerado inferior por tener la piel más oscura, por tener menores ingresos económicos o por ser homosexual. Las múltiples disputas (y descalificaciones) propician que ningún personaje puedan estar por sobre los otros siempre, pues en alguno de los posibles casos de menosprecio ostentará algo que haga que los otros lo consideren inferior.
El valor discursivo de esta puesta en escena sencilla está en que ninguna visión logra imponerse sobre las otras y prima la mantención del status quo. Esto, por muy repetido que parezca, es lo que porta el valor de esta breve obra. Sucede que, aun con su sencillez, el asunto del desprecio de los otros por argumentos que forman parte de la conformación de una lógica jerarquizada, sería propio de los rasgos característicos de la sociedad chilena.
Se trata de la misma lógica capitalista que pone a las universidades, las clínicas, los abogados y los artistas a competir bajo las leyes del mercado. Por tanto, determina conductas sociales y, como consecuencia, ya es parte de la construcción de los discursos identitarios de la chilenidad.
Pese a esta discusión que la obra Citación ofrece en torno a la construcción de algunos de los peores rasgos de la identidad chilena, el principal problema de ésta es la falta de experiencia actoral del elenco. Se trata de una obra que, como parte de su estrategia, busca exagerar los rasgos identitarios de la sociedad chilena en función de que el carácter metonímico de cada personaje se integre a la construcción de la imagen monstruosa de la realidad social de nuestro país.
Aunque esta exageración es parte de la estrategia de la obra (que debería manifestarse solo en lo grotesco de las conductas), se hace necesaria, precisamente, una declamación realista por parte de los actores para que el carácter metonímico de estos pueda identificarse. Sin embargo, el registro del elenco no cumple con estas necesidades.
El problema no se originaría en decisiones de la dirección de la obra, sino en las posibilidades de ejecución del elenco. La tendencia al desborde en las declamaciones de las emociones y las reacciones en medio de las situaciones que sí deben ser exageradas, obstaculizan la concreción de la imagen que cuestiona la identidad chilena.
Es curioso que la compañía, mediante la creación grupal, haya sido capaz de construir una puesta en escena que a nivel discursivo es lúcida y eficiente, pero es lamentable que no haya podido ejecutarla con total prolijidad en lo actoral.
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Ficha artística
Dramaturgia y dirección: Carlo Urra
Elenco: Manuel Almonacid, Carolina Bazán, Constanza Marín, Felipe Pérez
Arte: Jota Gallardo
Iluminación: Nico Needham
¿Cuándo?
Desde 5 al 28 de mayo.
Vi – Sá, 21 hrs.
Do, 19:30 hrs.