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No sé cómo lo hacían en la época de Jane Austen: amor hoy y ayer

Fuimos a ver No sé cómo lo hacían en la época de Jane Austen, una obra que intenta reflexionar sobre el amor y desamor.

El amor es sublime, a veces duele, otras, nos hace inmensamente felices. Algunas veces genera incertidumbre y se vuelve angustioso, y otras, en las que somos afortunados, es un estado positivo que nos impulsa a ser mejores personas. Todos hemos vivido al menos un estado de enamoramiento donde las sensaciones y emociones que experimentamos son inolvidables e inherentes a cada amor que va pasando, independiente de si fuimos felices o miserables.

Hoy, en comparación con la época de Jane Austen, escritora inglesa famosa por sus novelas románticas, el amor funciona y se piensa desde otro lugar. Primero que todo, no tenemos que esperar meses para que nos llegue una carta, ni tampoco tenemos que casarnos para consumar físicamente el amor o la atracción que sentimos por otro.

Podríamos decir que hoy la concepción del amor es más libre, en cuanto a quién amamos, cómo lo amamos, y bajo qué términos lo hacemos. Ejemplo de ello es el avance que significó la aprobación del Acuerdo de Unión Civil durante el pasado año.  A todo esto, hay que sumarle la inmediatez de todos los procesos que vivimos, dados por el internet, la economía, la televisión, etc. El amor, es hoy también, un producto para consumir. Sin embargo, en algo seguimos coincidiendo con Austen: el amor es tan poderoso que nos puede desarmar.

En el montaje a cargo de Teatro MataPajarito nos encontramos con cuatro personas que conversan sobre la desdicha de amar y no ser correspondido. Lo que vemos es una especie de sesión de terapia del amor, liderado por una terapeuta que se hace llamar Jane. No es hasta la mitad de la obra, donde nos enteramos que parte de la terapia es disfrazarse y llamarse como algunos personajes de libros de Jane Austen. Esto que explica la propuesta de diseño -todos están vestidos de época, pero debajo de los vestidos vemos jeans y zapatillas-.

La compañía realizó un trabajo de investigación sobre experiencias anónimas de amor, por medio de un buzón y un grupo de Facebook donde recibieron cartas e historias de (des)amor. Esta dinámica parece interesante, pero el traspaso de ese trabajo a la escena queda al debe pues no se presenta ningún conflicto. Por el contrario, los primeros tres cuartos de la obra son solo una conversación entre amigos, que, si bien tiene notas de humor, no desarrolla ni atmósfera, ni conflicto (y por tanto, teatralidad). Esto mismo hace que pronto la obra se vuelva tediosa pues se mantiene en una nota conversacional sobre el amor, que bien podemos encontrar en alguna junta cotidiana de día viernes.

Una vez que llega una nueva paciente, que al parecer traerá consigo una nueva visión del amor a diferencia de los otros cuatro que circulan dentro la misma tecla -amor desesperado y necesitado-, podríamos identificar la constitución de conflicto escénico. Sin embargo, a raíz de la dirección y dramaturgia, volvemos a la misma energía de lo anterior: su llegada no ha traído nada nuevo.

No sé cómo lo hacían en la época de Jane Austen, propone discutir sobre el amor, pero dicha discusión no está en la escena, por lo que tampoco existen visiones distintas que puedan contraponerse entre sí.

De hecho, al principio de la obra se muestran clips de entrevistas sobre el amor. En él todos los que hablan representan más menos a una misma generación, es decir, circula una visión unilateral del amor. Si lo que se quiere jugar es la representación de cuatro desdichados tratando de superar un conflicto amoroso mediante una terapia, eso tampoco está claro.

Por lo tanto, el mayor problema es la ausencia de desarrollo de todo el potencial que carga consigo la discusión abierta tal como la comparación entre el amor hace siglos y el de hoy. Esto puede que suceda dado que la obra no sostiene un contexto desde donde cuestionar el (des)amor evitando que la discusión se cruce con paradigmas actuales o pasados. Haciendo que nos preguntemos ¿cuál es la época? ¿quienes son los personajes, de dónde vienen? ¿en qué entorno se desenvuelve la terapia? ¿Podemos hablar de amor sin hablar sobre la época que lo envuelve?

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Ficha Artística

Dramaturgia y Dirección: Isabel Fonseca
Asistente de Dirección: Francisca Maldonado
Elenco: Anissi Ajraz, Cecilia Candia, Omar Pino, Francisca Maldonado, María Eugenia Valenzuela, Nelson Valenzuela.
Música y arreglos: Gepe
Diseño integral: Catalina Devia
Diseño Gráfico: Katherine Bielefeldt, Sebastián Pinto. Gráfica: Felipe Court
Audiovisuales: Alexis Casas-Cordero.
Producción: De La Hormiga Producciones/ Francisca Ruiz.

¿Cuándo?

Funciones
11 de marzo al 02 de abril.

Vi – Sá 19:30 h

Lugar

Universidad Mayor

Actriz. Diplomada en Gestión Cultural por la U. De Chile.