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Numancia: música y superficialidad

Fuimos a ver «Numancia» en Centro GAM bajo la dirección de los hermanos Ibarra, quienes toman el clásico de Cervantes y lo convierten en un musical interpretado por un coro «ciudadano».

Era el año 134 a.C y Numancia, antigua ciudad de la actual España, estaba sitiada por los romanos. El general Escipión había ordenado a sus soldados construir un cerco que mantuviera aislada la ciudad para tomarla una vez que los ciudadanos se rindieran por inanición, pero sus habitantes decidieron sacrificarse antes que doblegarse frente el poder romano. Así, defendiendo su independencia y libertad, los numantinos se suicidaron juntos en la plaza principal quemándose vivos.

Esa es la premisa que moviliza la obra El Cerco de Numancia de Miguel de Cervantes, máximo exponente de la literatura del Siglo de Oro español, que este 2016 celebra su cuarto centenario. En este contexto, los hermanos Ibarra, quienes antes dirigieron Victor, sin Victor Jara, montan la tragedia cervantina en la sala A1 de GAM con un coro seleccionado mediante audiciones abiertas que, junto al elenco de actores y músicos, superan las 80 personas en escena.

Sin duda, el factor coro posee una carga por sí solo: es innegable que escuchar a ochenta personas cantando al mismo tiempo produce sensaciones. Los creadores de la obra parecen estar muy conscientes de eso, pues desde su trabajo anterior para los 40 años del golpe, aplican un recurso que parece ser una fórmula probada. Pero a pesar de la fuerza que puede tener la multitud de voces, la obra no profundiza más.

Uno de los principales problemas que presenta Numancia es el lugar donde se monta: la sala A1 de GAM es más bien una sala de conferencias. Esto impide que la iluminación aporte la atmósfera necesaria para sostener varios de los momentos que propone la obra, como, por ejemplo, la aparición de la Muerte. A esto se suma el tamaño de la sala que constantemente se hace pequeña para la cantidad de personas en escena. Así, las salidas hacia el público parecen ser solo una solución para un escenario incómodo que no los sostiene.

El traspaso del verso a la música está a cargo de Diego Belmar y Daniel Salas. Ambos logran hacer una traducción notable que podría aportar la teatralidad que el espacio no entrega, pero las características del lugar vuelven a pasar la cuenta pues no se escucha del todo bien, haciendo que durante su inicio y hasta la mitad, la obra sea muy difícil de seguir, ya que los versos interpretados no se entienden. Ejemplo de esto es toda la primera parte que canta la actriz Daniela Lhorente, quien interpreta a un personaje clave para planear la quema de los numantinos.

Más allá de la falta de atmósfera, en Numancia existe un vacío de sentido. Si bien los hermanos Ibarra proponen un teatro «ciudadano« mediante el gesto de traer a escena a personas no profesionales de las artes escénicas (gesto que podría contener una mirada política), al centrar los esfuerzos del montaje en la espectacularización del texto de Cervantes a través de una traducción a la música y al canto, Numancia devela su pertenencia a un modo de producción despolitizado, similar al de la producción de circuitos comerciales donde el foco está en entretener sin profundizar, tal como lo hemos visto en el boom del teatro musical de los últimos años.

Así, la obra se vuelve algo entretenido de ver, pero poco memorable y vacío, que obvia todo contenido político del texto, dejando que las palabras de Cervantes se vuelvan utilitarias solo para un espectáculo musical superficial. Y entonces, ¿por qué era importante revisar la obra de Cervantes? ¿Hay algún cruce necesario de ver hoy? ¿Por qué se hace la traducción a la música? ¿Qué queda más allá de las canciones?

Si bien Numancia se yergue como una obra ciudadana, decide ignorar las problemáticas ciudadanas actuales y solo se dedica a contar la historia de la ciudad sitiada casi tal cual como lo escribió Cervantes. Entonces el ejercicio resulta en una mirada arqueológica que trae algo de antigüedad mediante un modo de producción probado, evidenciando fórmulas aprendidas que, antes que nada, dan buenos resultados de público.

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Ficha Artística

Dramaturgia: Miguel de Cervantes
Adaptación dramatúrgica y dirección: Gopal y Visnu Ibarra Roa
Producción general y prensa: Francisca Babul
Composición y dirección musical: Diego Belmar
Arreglos orquestales y partituras: Daniel Salas
Dirección vocal: Annie Murath
Diseño de vestuario: Jorge “Chino” González
Diseño de iluminación: Valentina San Juan
Coreografías: Tania Rojas
Asistente de coreografías: Valentina Chávez
Asistente de danza infantil: Javiera Molina
Asistencia de dirección y de producción: Carol Badilla
Sonido: Marcello Martínez
Registro fotográfico y audiovisual: Magdalena Chacón y María Emilia Martínez
Diseño gráfico: Francisco Candelori
Músicos: Daniel Salas, Ignacio Valenzuela, Rodrigo Belmar, Sebastián Pavez, Emilia Cadenasso, Oscar Nuñez, Gorky Largo
Elenco: Simón Aravena, Daniel Lattus, Héctor Mardones, Gabriel Cañas, Mariela Mignot, Carolina Larenas, Felipe Lagos, Mario Horton, Cristián González, Alejandra Oviedo, Cristina Aburto, Gabriela Arroyo, Valentina Campos, Daniela Lhorente, Marco Espinoza, Darwin Le Roy

 F

Bailarines: Alena Arce, Juan Pablo Quezada, Bárbara Achondo, César Cisternas
Coro Ciudadano: Alejandra Reyes, Alejandro Leppe, Ángela Ramírez, Antara Krögh, Axa González, Camila Martínez, Carlos Carvajal, Carlos Espinoza, Casandra Day, Constanza Guarda, Constanza Marín, Cristóbal Cruz, Cristián Dimas, Dyana Espinoza, Edith Díaz, Edson González, Elizabeth Alfaro, Emilio Ciriza, Fabián Villalobos, Fernanda Carreño, Francisco Silva, Francisco Nahuel Curinao, Gonzalo Pinto, Jacob Reyes, Jonathan Díaz, Jorge Luis Abarzúa, Jorge Arce, José Zambelli, Katrina Vera, Liliana Meza, Llacolén Chavarría, Luis Toledo, Magdalena Chacón, Manuel Flores, María Emilia Martínez, Mónica Pérez , Nicole Vial, Oscar Grandón, Pablo Medina, Pamela Eglinton, Pedro José Leiva, Rodrigo Díaz, Rosa Rodríguez, Sandra Ampuero, Sebastián Barrientos, Sebastián Chandía, Stephanie Preller, Vanessa Martínez, Yasna Millaqueo.
Niños: Emilia González, Isidora Toledo, Lenin Dimas, Millantu Hilbert, Vicente Meléndez, Amanda Díaz, Anaís Puebla, Milagros Horton, Vicente Toledo, Colomba Vigile, Francisca González.

¿Cuándo?

Funciones

5 al 28 Ago, 2016
Ju a Sá – 20 h
Do – 19 h

C

Lugar

Sala A1
Centro GAM

Actriz. Diplomada en Gestión Cultural por la U. De Chile.