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Pájaro: cinismo circular

Fuimos a ver “Pájaro” obra escrita y dirigida por Trinidad González, que se presenta en el marco del Teatro Hoy de la Fundación Teatro a Mil. Lo que vemos es una obra llena de humor dispuesto para delatar una de las tantas caras del cinismo contemporáneo.

 

Pájaro, último montaje de Trinidad González, cuenta la historia de un trío de amigos que durante una velada conoce a Pájaro, un enigmático ser que resulta extraño para el resto del grupo, volviéndose prontamente el objeto de burlas y amedrentamientos, todo sin mediar provocación del invitado.

El trío de amigos en cuestión es descrito en tono satírico: artistas, humanistas, románticos y de izquierda, son todos en realidad gente insustancial y superficial, ocupando cada uno un lugar en específico en el espectro del cinismo, que oscila entre el fatalismo desencantado y la reconversión exitista.

Así, trazando una línea imaginaria donde a la derecha está aquella radical reconversión neoliberal, aparece el personaje interpretado por María Fernanda Olivares, una insoportable joven profesional vacía e individualista, cuya apoliticidad devela la propia desarticulación de todo relato político por y sobre lo común en tanto carece de verbo e imaginario social, aunque sea como consigna.

Más hacia el centro en el plano, está el personaje interpretado por Nicolás Zárate, un autodesignado artista, -en realidad un agente de la industria creativa-, hoy asociable al imaginario concertacionista 2.0, suerte de protoprogresista inserto de lleno en la lógica del sistema al punto de hacer suyos los ideales de progreso del capitalismo (el exitismo por sobre todo), pero creyendo que en algún momento de toda la cadena de producción que involucra su propia explotación, logrará hacer algo para subvertir el sistema, viendo victorias –que sirven como mantra para defender su doble militancia- donde sólo hay fracaso. Y tal vez sea éste el más peligroso de los cinismos: moderado y gatopardista.

Transitando hacia la izquierda del plano, asoma el espíritu romántico y desencantado del personaje interpretado por Trinidad González. Ella, la aparentemente más ligada al mundo del arte, replica todos los clichés heredados del romanticismo nihilista del siglo pasado y antepasado aún vigentes hoy. Su análisis fatalista de una sociedad perdida en los vicios de la modernidad no es sino un consuelo personal e intransferible devenido de su incapacidad para generar un discurso crítico que exceda su propia desdicha, manteniéndola en una de las tantas circularidades de la derrota: el desolador panorama sobre la vida moderna la inmoviliza y su inmovilidad perpetúa la vida del sistema.

Por último, Pájaro, el hombre invitado a pasar luego de ser encontrado durmiendo en la calle, completa el plano, siendo el personaje más a la izquierda, donde habita el radical cinismo desencantado. Pero su caso amerita un análisis especial pues la obra lo presenta como el discurso antagónico, es decir, de lo realmente diferente “que por el sólo hecho de existir violenta al resto”.

¿Pero es acaso este desconocido realmente diferente?¿Comporta Pájaro un real discurso sobre libertad -que es lo que le faltaría al resto- que no se agote en él? El primer indicio es que no. Aquel extraño que ingresa al espacio común de los amigos burgueses, no es tan extraño como parece. ¿Por qué? Porque en realidad su condición de “otro” se sostiene más en la burla de quien mira, que en el fundamento radical de su propia extrañeza.

En realidad, su propia respuesta,-volverse pájaro-, que en la obra es defendida como una decisión legítima pero incomprendida, es un absurdo que ya hemos visto en otra época (el romanticismo alemán o la utopía hippie) y también en otras obras (Federico en El Mal de la Juventud). Pero aun en la aparente irracionalidad, lo que queda es una respuesta limitada, propia de quien resiente un malestar que le supera en tanto la escala del problema mismo rebasa la propia individualidad.

Frente a ello está la subversión, el acomodamiento o el exilio (en el sentido de querer escapar del sistema). Y es esta última la opción de Pájaro, quien pretende así conseguir su libertad, aunque en realidad nunca podrá tenerla porque su renuncia radical al orden global en realidad no es tan radical: con ella no funda ni clausura nada, y no sirve para nadie más que él.

Entonces solo queda el retiro, que puede ser literal, -irse de la ciudad que simboliza aquel mal-, o espiritual, -buscar formas de habitar la realidad sin que ella misma perturbe “mi alma”-.

Cualquiera de las dos variantes supone la posibilidad de salir del mundo desde la pequeña escala del individuo. Y es en este punto que la obra pierde el norte, pues aquella mordacidad que antes funcionó para evidenciar las múltiples caras del pensamiento cínico contemporáneo, se vuelve reiterativa en tanto no logra salir de la propia lógica de lo que pretende criticar: Pájaro nunca fue diferente, o al menos, no para transformarse en un anticuerpo. Su diferencia no fue nada más que un espejismo más que perpetúa lo real.

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Ficha Artística

Dramaturgia y Dirección: Trinidad González Jansana

Elenco: María Fernanda Olivares, Nicolás Pavez, Nicolás Zárate, Trinidad González

Diseño de Iluminación: Claudia Yolin

Asistente de iluminación: Nicole Needham

Música: Tomás González

¿Cuándo?

Funciones
del 28 de May al 14 de Jun,

Ju – Do 20:30hrs.

Lugar
Teatro de la Palabra

Precios
General: $6.000
Adulto Mayor
Estudiantes: $4.000

Reservas: 02 2732 7212

¿Dónde?

Actor, Universidad Mayor. Magíster © Teoría e Historia del Arte U. de Chile.