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Trabajo Social: impolíticamente correcta

Fuimos a ver «Trabajo Social» último estreno con el que la compañía Geografía Teatral celebra sus diez años, presentándose en el marco del sexto ciclo de Teatro Hoy en Teatro del Puente.

 

Dos actrices y un actor están tendidos en escena. Al iniciar la obra, uno a uno se levantan hablando a público. Entre todos, comienzan mostrar el carácter de Trabajo Social, última obra del colectivo Geografía Teatral, que busca en el humor irónico la distancia crítica necesaria para develar la serie de lugares comunes con lo que hemos construido un ideal de nación, escondiendo tras este, los vicios de un sistema desigual, racista, clasista y conservador.

La pregunta inicial es simple (“¿Qué mierda es Chile?”) y busca entender cómo es que nos miraríamos a nosotros mismos. Para ello se establece una ficción básica: tres trabajadores sociales intentan recopilar información, fuentes y datos para dar rienda a una investigación que permita entender las condiciones socioeconómicas, educativas, culturales y hasta morales, tras una crisis social que ha terminado por poner en tensión el sentido mismo de lo que implicaría definir a Chile.

Ello nos lleva inmediatamente al problema tras la idea de identidad nacional, es decir, a lo que entendemos por lo chileno. Dicho problema es trabajado en la obra bajo el mismo principio irónico, implicando todas las capas de la puesta en escena: la escenografía, las luces, el sonido, el vestuario, el texto, etc. Todo remite a la simbología con la que Chile sostiene su ideal patriótico, desde el juego cromático en blanco azul y rojo hasta la deformación sonora del himno nacional.

Sin ir más lejos, la obra comienza con cada actor elaborando una especie de monólogo que tiene como pie forzado el corresponder sus reflexiones con un color específico de la bandera. Así, el blanco acusa la desmemoria de “quedar en blanco”; el rojo se relaciona con “ver rojo”, o sea la rabia; y el azul, que viaja más lejos en su conceptualización tomando prestada su referencia al inglés, significa estar triste (donde “I’m blue” significa estar apenada/o).

La asociación, como siempre ocurre con los colores, es arbitraria, pero en este caso, también podríamos decir que es literal. Y en general, igual de literal es toda la mirada de Trabajo Social, pues desaprovecha flagrantes oportunidades para trabajar con mayores grados de lucidez –y con menos grados de impostada irreverencia-, los tópicos que levanta (como el racismo, el clasismo o la desigualdad estructural, etc.).

Sea o no por la gran cantidad de errores de ejecución, tropiezos de texto y descoordinaciones, Trabajo Social aparece como una obra que se pierde en la excesiva frontalidad y referencialidad de una crítica que ha centrado sus dardos en develar un ideal identitario aparentemente vacío. La duda es, ¿por qué ha sido necesario ironizar con lo chileno un problema de escala global?

Sugiero que en casos como este, recurrir a una crítica a lo chileno como aparente origen de un desperfecto, es siempre la evidencia de una mirada miope, una trampa que invisibiliza la magnitud del problema, pues, se establece una crítica conservadora –y en última instancia un lugar común-, que da por sentada cierta relación causal entre poseer cierta identidad y padecer de un modo particular la realidad.

Bajo esta lógica, claramente no habría nadie más arribista, cahuinero, individualista, solitario y callado, que el chileno. Pero en realidad, hay en todo esto una lógica esquizoide que no conoce de posiciones intermedias y/o relaciones más complejas con la realidad, como una mirada autovictimizante que reafirma, incluso en la toma de conciencia, que somos unos tristes y solitarios seres desmemoriados unidos por una serie de despreciables defectos.

Se trata, a todas luces, no de una real identidad que asume su fracaso, sino de una falsa conciencia autocompasiva que ha decidido ningunearse y burlarse constantemente de sí, muy probablemente, para adelantarse a que alguien más lo haga. En este sentido, detenerse demasiado en el espejismo de lo chileno y no ir tras aquella aquella falsa conciencia, le ha costado a Trabajo Social terminar siendo una obra no políticamente incorrecta, sino impolíticamente correcta.

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Ficha Artística

Dirección Tomás Espinosa Bertrán
Asistencia de dirección y vestuario Carola Chacón Zuloaga
Dramaturgia Tomás Espinosa Bertrán, Geografía Teatral
Elenco Bárbara Vera, Andreina Olivari, Franco Toledo
Escenografía Magallanes Espinosa
Iluminación Rocío Troc
Trabajo de investigación María Paz Peirano
Música Daniel Marabolí
Producción Camila Provoste
Prensa Domingo Fuentes
Fotografía Len Hurtado 
Diseño gráfico Matías Contarino

¿Cuándo?

Funciones
Hasta el 29 de mayo / 2016

vi – sa 21 hrs
do 20 hrs.

Lugar
Teatro del Puente

Actor, Universidad Mayor. Magíster © Teoría e Historia del Arte U. de Chile.