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El purgatorio: ficción deshilvanada

Fuimos a ver «El Purgatorio», el trabajo más reciente del Colectivo Teatral Momentos (CTM), una obra que busca cuestionar la el sistema educacional mediante una particular historia. El purgatorio estará con funciones en el Taller Siglo XX Yolanda Hurtado hasta el 27 de noviembre.

Una escuela aislada cerca de la cordillera. Un niño camina tres horas para llegar hasta allá y participar de las clases donde es el único alumno. Sí, el único, pues esta escuela se mantiene en funcionamiento solo por él, por ese adorable niño caminante que las profesoras de matemáticas e historia adoran. Hoy es un día especial en la escuelita rural: ha llegado el nuevo profesor de religión desde Santiago al que las colegas -y también la tía del aseo- le dan la bienvenida con desconfianza.

El Purgatorio, cuarta obra del Colectivo Teatral Momentos (CTM), dirigida por Francisco Martínez, toma como punto de partida la noticia del año 2012 sobre la Escuela rural G-713 del Biobío, un establecimiento que cuenta solo con un estudiante. Desde esta premisa, la dramaturga María José Pizarro, quien también ha escrito las anteriores obras de CTM, instala una ficción sobre un sistema educacional con profesores estafadores, mal uso de subvenciones escolares, etc.

La obra utiliza la comedia como un recurso para dialogar críticamente con el problema del sistema educacional chileno, promotor del lucro, la centralización y el individualismo. “Esta escuela es un privilegio, todo profesor querría trabajar en un lugar como este”, dice una de las profesoras cuando el nuevo colega se queja de lo aburrido que es el lugar. “¿Prefieres estar peleando con 40 estudiantes? o ¿revisando pruebas en tus tiempos libres?” continúa la profesora, para luego explicar que este lugar es un lujo, pues se trabaja poco y se gana harto, o al menos, sumado a los “microemprendimientos” de agendas, lápices y quequitos de cada profesora, se puede vivir con tranquilidad.

Transitando entre el realismo, el grotesco y el absurdo, el colectivo CTM logra momentos cómicos, principalmente cuando utiliza situaciones cotidianas cargadas de humor burlesco. Sin embargo, esta combinación de lenguajes, que en estos momentos lucen con virtuosidad, son en realidad una excepción, pues en la mayor parte de la obra tienden a divergir y generar, antes que nada, confusión. No se trata de negar la posible coexistencia de lenguajes o estilos, sino más bien notar la ausencia de coherencia y sentido base que permita posteriormente, dislocarlo. Ello es visible, por ejemplo, en la construcción de los personajes de las profesoras: sus maquillajes y corporalidad es más cercana a lo grotesco, versus el profesor de religión y la tía del aseo que habitan un espacio más realista.

A esto se suma la entrada del director, una especie de Jamiroquai anacrónico que llega a la sala como maestro de estafas. Su vestuario, corporalidad y peinado no tienen relación alguna con lo demás que ocurre en escena, y si bien podría considerarse como algún tipo de efecto de distanciamiento, es necesario notar que para que el distanciamiento ocurra, primero es necesario sostener el universo del cual se tomará distancia.

En síntesis, la puesta en escena de Martínez carece de unidad por el progresivo deshilvanado de los distintos lenguajes propuestos. Eso debilita la transmisión de sentido pues, a pesar de que la dramaturgia plantea un mundo interesante y crítico, lo que vemos es un difuso límite entre lo propiamente absurdo y lo simplemente inverosímil. El resultado es que la propia obra anula lo que pretende tensionar.

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Ficha Artística

Dirección: Francisco Martínez Batarce
Asistente de Dirección: Magdalena Mejía
Dramaturgia: María José Pizarro
Elenco: Axa González, Cristobal Goldsack, Ignacio Tolorza,
Marcela Burgos, María José Pizarro, Max Salgado.
Producción: Catalina González Bustos
Diseño Espacial: Ricardo Montenegro y Andrés Rebolledo
Diseño de Vestuarios: Daniela Espinoza

¿Cuándo?

Funciones

4 al 27 de noviembre
Vi – Sáb, 21:00 horas
Do 19:30 hrs.

¿Dónde?

Taller Siglo XX Yolanda Hurtado.
(Ernesto Pinto Lagarrigue #191, Barrio Bellavista, Recoleta, Santiago)

Actriz. Diplomada en Gestión Cultural por la U. De Chile.