Fuimos a ver “Mujer Bomba” obra de la dramaturga croata Ivana Sajko, realizada por primera vez en Chile con el montaje de teatro Las Cabras. La obra busca mostrar los últimos 12 minutos y 36 segundos de una mujer que inmolará  en un acto masivo. ¿Qué pasa por la cabeza de ella? ¿Cómo se toma esta decisión? La elección dramatúrgica del colectivo resulta interesante.

Live fast, die young
Bad girls do it well
Live fast, die young
Bad girls do it well

(Bad Girls, M.I.A)

Se define a los hombres y mujeres bomba como las personas que portan un explosivo y deciden detonar con él. Mayormente pertenecen a grupos organizados extremistas (¿siempre?), que buscan llamar la atención de su causa en actos donde existe aglomeración de personas. Tienen la característica de ser homicidas/suicidas simultáneamente. Hoy los casos conocidos son los que han sido llevados a cabo por grupos islámicos, pero también los hay en África, en Asia y en Europa.

Ivana Sajko es croata, en su vida ha sido testigo de distintas guerras y de todas las consecuencias que se extraen de una búsqueda del poder donde el “todo o nada” es rey. Ella decide escribir Mujer Bomba (Zena-Bomba) para cuestionarse qué pasa por la cabeza de una mujer durante los 12 minutos y 36 segundos antes de explotar.

My chain hits my chest
When I’m banging on the dashboard
My chain hits my chest
When I’m banging on the radio

Compañía Las cabras decide montar esta obra en un país que no quiere ver ni relacionarse con la realidad de las bombas humanas; que busca refugiarse en su ubicación geográfica y pretende sentirse inocente ante estos actos “poco cristianos”. Pero, ¿cómo lograr retratar el cerebro de una persona que decidió morir por un ideal y arrastrar a otros en su muerte?

Cinco mujeres en escena intentan dar vida a ese retrato. Cinco actrices defienden un discurso, prestan su cuerpo para ser un coro, terroristas, embarazadas, ángeles, monjas, Monalisa y una islámica.“Mujer Bomba” nace como un egreso, quizás de ahí su ritmo y energía incansable. Es un montaje absolutamente rítmico, donde el espectador se encuentra atento, estimulado por los recursos visuales constantes, las imágenes y la música muy bien realizada por (me llamo) Sebastián.

Get back, get down
Pull me closer if you think you can hang
Hands up, hands tied
Don’t go screaming if I blow you with a bang

La interpretación de Bad Girls de M.I.A (compositora tamil-inglesa, hija de un revolucionario activista político, que vivió en Sri Lanka, India y en un barrio de refugiados de Londres), hecha por las cinco mujeres no es sólo el momento en que se ve un disfrute total de las actrices en escena, si no también es el minuto en que se comprende el tono que tiene la puesta y cómo seguirá en el camino.

Quizás el gran obstáculo está en la lectura del tema en cuestión, donde la ironía es 100% irónica y la tragedia es completamente trágica. Hay un campo de matices entre estas dos formas que no emerge durante el desarrollo del montaje y hace que el espectador necesite un respiro, un instante de tranquilidad para comprender y escuchar qué pasa realmente en esos 12’ 36’’ que acercan al final definitivo. En cambio, la intensidad constante no deja espacios.

Mujer Bomba no queda ajena a nuestra realidad, la realidad de un país que poco a poco se acerca a los actos desesperados que buscan detener, en algo, el abuso excesivo del que estamos siendo víctima, pero también, en parte, victimarios. ¿Quién debe hacerse cargo de pelear por esto? ¿Hay límites en esta lucha?[/vc_column_text][/vc_row]