Novela: estrategias de desencuadre
Fuimos a ver “Novela” última obra del dramaturgo Pierre Sauré Costa, quien también hace las veces de director. Lo que vemos es una puesta en escena que prontamente devela una densidad de la que no hay que temer.
“No entendí bien lo que quería decir”, fue uno de los comentarios que escuché a la salida de la obra. Pero, ¿es que tenemos que entenderlo todo? La pregunta no es nueva y su posible respuesta, tampoco: a veces, más que entender, percibimos y/o experimentamos un efecto (que no es efectismo), una sensación dada por una imagen, un sonido o un cuerpo.
Esto no quiere decir que podamos renunciar a clasificar, comparar y representar (en el fondo, comprender) para ya sólo entregarnos a una serie de experiencias sensoriales que en última instancia viajen sin poder significar algo, que es como parece funcionar en su radicalidad la lógica del capitalismo espectacular: Enjoy Coca-Cola, despreocúpate de tu previsión, etc.
Lo que nos queda, en cambio, es algo incluso más prometedor: sabemos que no podemos renunciar a sentir o a comprender todo lo que ante nuestros sentidos se presenta, pero también sabemos que la forma en que todo eso se expresa –el lenguaje- puede ser desarticulado y vuelto a organizar para crear nuevas relaciones de sentido en la realidad.
Algo como esto es lo que permite Novela, una obra que despliega, en la aparentemente simple historia de un escritor que no logra vincular su biografía con el pulso irrefrenable de su sexualidad, una puesta en escena que funde lo verosímil con lo imposible, a partir de una dramaturgia autobiográfica que prontamente excede la escala de lo individual para dar cuenta de cómo se constituye la realidad: fragmentariamente, simultáneamente, sin otra lógica que la constante interrupción del sentido.
Al inicio de la obra ingresamos -todavía sin saberlo- al universo ficcional de dicho escritor, donde tienen lugar situaciones tan diversas como el caso de una mujer asesinada que deseaba escribir una novela de sí, un par de frustrados escritores interesados en seguir la pista de dicho asesinato, dos mujeres que intentan ligar el éxodo de los habitantes de la ciudad con la muerte de la joven y la desaparición de un tío, un viejo conserje de un edificio que pasa sus días añorando el momento en que se largará a vivir a otra parte.
Ya decíamos que Novela no es una obra cuyo centro discursivo sea una pregunta por la homosexualidad en un país conservador, porque en realidad la obra no tiene centro: cada historia nos lleva hacia un lugar distinto. Podemos, sin embargo, preguntarnos por las pulsiones, pasiones y problemáticas que laten tras la obra.
Esta lógica de montaje es la que justamente otros géneros narrativos (como la novela) han desarrollado durante todo el siglo XX a través de diversas estrategias de desencuadre. De un modo similar, la obra de Sauré logra evitar la literalidad tanto como la experimentación espectacular, al trazar una historia de la que sólo podemos seguir sus huellas.
Entonces no se trata tanto de si entendimos la obra como si de una prueba de comprensión lectora se tratase, o si simplemente pasamos un buen rato el fin de semana. Novela sitúa al espectador (dispuesto a entrar) en el intersticio que queda entre ambos lugares, invitándolo al caótico acto de pensar la realidad tal como acontece en nuestras vidas.[/vc_column_text][/vc_row]
Ficha Artítisca
Compañía Teatro Sub
Dramaturgia y dirección Pierre Sauré Costa
Diseño integral Valentina San Juan
Composición musical Patricio Solovera
Realización audiovisual Rafael Labraña
Elenco Alejandro Sieveking, Freddy Araya, Lucas Balmaceda, Claudia García, Daniela Riveros, Carolina Cheuquepan, Sebastián Arrigorriaga, Darío Oyarzún, Cristián Hormazábal, Micho Vitali, Eduardo Fernández
¿Cuándo?
Precios
$6.000 General
Estudiantes y tercera edad $4000.
Popular $2000.