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Colectivo de Arte Matamala: “Que tenga una posibilidad científica real vuelve peligroso hacer ciencia ficción”

Conversamos con el Colectivo de Arte Matamala, quienes siguen indagando en la cuestión del hombre moderno y su relación con la ciencia como ya vimos en su anterior trabajo, Algernon. Ahora, en “La Metamorfosis” de Kafka, investigan la materialidad del sonido y la luz para levantar una puesta en escena.

Por Consuelo Salamia

Fue en una habitación de una casa de trabajo experimental en donde empezó a surgir la idea de la ciencia ficción. Un hombre atormentado, afectado por la enfermedad de “Hikikomori”, decidía encerrarse en un baño por quince, veinte años. En ese claustro, lo empezaban a visitar una serie de alucinaciones: diablos, azafatas. “Ahí empezó a aparecer un poco la veta de la ciencia ficción”, cuenta Moisés Angulo, del Colectivo de Arte Matamala.

Varios años luego de ese montaje, y con la adaptación de Algernon a partir del texto original de Daniel Keyes, el colectivo se encuentra presentando La Metamorfosis de Franz Kafka. Una puesta en escena en donde siguen incursionando en el mundo de la ciencia ficción, un espacio que les ha permitido reflexionar en torno al hombre moderno y su relación con la técnica.

“Esa es una de las particularidades más grande del colectivo”, dice Moisés. “Como esta idea filosófica–existencial”, suma Nicolás Fernandois, director de La Metamorfosis. “Más que un enfoque social o político, uno filosófico–existencial: preguntas universales que le atañen al ser humano, más que al individuo chileno”.

En este intento por reflexionar en torno al dominio de las tecnologías, en las distintas esferas de la vida, el Colectivo de Arte Matamala ha orientado su investigación al trabajo con materiales: luces, sonidos, circuitos eléctricos, etc., que den cuenta de este mundo de ficción en el escenario. Pero, además, del desamparo del hombre frente al funcionamiento de los aparatos.

¿Qué entienden ustedes por ciencia ficción?

Nico: La ciencia ficción te permite jugar con una posibilidad científica, pero que al mismo tiempo es fantástica. Es como extrapolarse a otro tiempo para poder hablar de lo que está pasando ahora. La ciencia ficción está intentando proyectar un futuro porque está observando un presente. Hay una hipótesis de lo que puede ocurrir, en términos de lo que tú ves a diario: la tecnología que está presente en tu cuerpo, y cómo eso puede abarcar miles y miles de posibilidades reales. Que tenga una posibilidad científica real hace un poco peligrosa de pensar o escribir o hacer ciencia ficción.

Moisés: Lo interesante es que genera una distancia, que es un poco lo que planteaba Brecht. Al situarse en un futuro posible, el espectador toma una distancia de su presente, y cuando en ese futuro se le presenta una pregunta que convive con él hoy en día es cuando se vuelve peligroso e interesante, cuando se vuelve filosófica la ciencia ficción.

De ese modo se conecta el género con su interés por indagar en temas universales…

N: Absolutamente. La ciencia ficción se hace las preguntas existenciales y las sitúa en un futuro posible. Intenta responder al hombre en el fondo, intenta cuestionar al hombre, que creo es más apropiado para nuestra forma de pensar el teatro, como una pregunta sobre la humanidad.

M: Y es muy estimulante en términos escénicos.

¿Por qué eligieron La Metamorfosis de Kafka para continuar en la línea de la ciencia ficción?

N: La aparición de Kafka nace principalmente por la idea de la transformación. De una u otra manera hemos ido presentando sobre el escenario personajes que sufren transformaciones trascendentales. Aunque Kafka no es particularmente ciencia ficción, pareciera que tiene una cabida, un acercamiento. Creíamos que en esa transformación de un ser humano en un insecto monstruoso, podía de alguna manera ser vinculado con la idea de ciencia ficción, o por lo menos, podían acercarse, y una filtrar a la otra.

M: Desde nuestra óptica en algún caso empezamos a forzar ese vínculo, y creo que ahí descubrimos sin duda otras cosas que venían internas en el universo kafkiano, que a veces no nos permitían simplemente jugar la ciencia ficción, sino que necesitábamos, en realidad, estar metidos en el puro existencialismo de Kafka. Ahí se nos armó un conflicto que, a mí gusto, es entretenido porque nuestro trabajo no alcanza a ser una respuesta, sigue siendo una pregunta, a ratos queda más firme, a ratos no.

 ¿Por qué han decidido trabajar con textos literarios para sus obras?

N: Porque el texto no es nuestro enemigo, y al mismo tiempo, seguimos intentando hacerle una pregunta o enfrentamiento a la palabra. Estamos trabajando con literatura, con cuentos. Eso nos permite una manipulación bastante más grande de lo que podría otorgarnos una dramaturgia tradicional. Como es una novela, hay que hacerle un traspaso a la escena.

M: Cuando hacemos ese traspaso, no lo hacemos a pura palabra, sino que también a través de atmósferas, sonidos e iluminación. Viendo La Metamorfosis puedes darte cuenta que no es tanto el texto, en comparación a lo que se hace cargo el resto: el espacio, la iluminación, el sonido. Hay un diálogo ahí.

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¿Cómo ven este cruce entre teatro y ciencia ficción versus lo que viene haciendo la televisión y el cine, con grandes superproducciones?

N: Nuestro intento de hacer ciencia ficción pasa por una interrogante sobre materiales, que es un tremendo desafío porque es muy distinto al cine, y tal vez más difícil por los recursos, y porque el teatro es un acontecimiento. Entonces con lo análogo, lo material, con la mentira del teatro, tú tienes que ser capaz de hacer creer en cosas fantásticas y posiblemente reales, según la ciencia. Entonces los materiales, los colores, las texturas, los espacios, lo mismo que el sonido, se vuelven fundamentales.

M: Los múltiples referentes cinematográficos y televisivos aparecen inmediatamente, pero hay que darle pega al artificio del teatro para resolver esas preguntas que el cine resuelve tal vez de un modo parecido, aunque con más recursos.

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En ese sentido, ¿cuáles creen que son las posibilidades de este género en Chile?

N: Yo tengo la sensación de que este puede ser un espacio, que puede empezar, o ya se está desarrollando con mayor fuerza. En Chile por lo menos lo he visto, unas cinco o seis compañías que han llevado a escena texto o ideas que buscan desarrollar un vínculo con la ciencia ficción. Si uno ya lo está viendo, como no ocurría hace seis años, creo que hay algo ahí que está otorgando posibilidades a la creación.

M: En el caso de Japón ya se hizo Las tres hermanas con un robot. En Inglaterra ya se montó una obra escrita por computadores, por programas computacionales. La realidad ya está pillando a la ciencia ficción que fue escrita hace mucho rato.

N: Puede llegar a ser terrorífico enfrentarse con la ciencia ficción que se está visualizando ahora: un mundo extraterrestre, viajes interespaciales y portales o conquistar otros planetas. Al parecer puede ser lejano. Pero pensar en 500 años no alcanza mi imaginación para decir dónde estaremos, y es entretenido pensar que quizás todo lo que uno imagina quizás no ocurra. Pero pueden ser miles de cosas.

La Metamorfosis

Hasta el 10 de septiembre, viernes y sábado a las 21:00 hrs, domingo a las 20:00 hrs. Sala de Teatro de la Universidad Mayor, Santo Domingo 711.

Foto imagen: Marcuse