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La Lengua en Pedazos: lenguaje maldito

Fuimos a ver “La Lengua en Pedazos” presente en el Centro Cultural Gabriela Mistral hasta el 10 de Mayo. Estamos frente a una obra correcta aunque plana, cuyo mayor valor está en la contemporaneidad de su visualidad.

 

La Lengua en Pedazos último montaje de la Compañía La Calderona, trae a escena una ficción basada en la vida de Teresa de Ávila, conocida en el mundo católico como Santa Teresa de Jesús, fundadora de las Carmelitas Descalzas. En la obra ella es visitada por un inquisidor de la Iglesia Católica, que en plena discusión entre reformistas y contrarreformistas, acusa los fines, los métodos y la hondura religiosa de la santa.

La obra abre mostrándonos un espacio indeterminado dentro de un claustro cuyo diseño (gran trabajo de Catalina Devia) entrega suficientes guiños para ir haciendo de la visualidad el mayor valor de la obra en la medida que el resto de los recursos se muestran correctos y discretos.

Este prístino espacio común contiene referencias que no pretenden ser geográficas, culturales o históricas, sino más bien simbólicas. Aquel lustroso claustro en blanco perfecto es en buena medida la proyección espacial del ascetismo reformista de Teresa de Ávila, ahora revisitado con un ojo moderno, algo minimalista, que deja a la duda el territorio del que estamos hablando, como si ese lugar fuera en realidad otra dimensión, tal vez, la de la imaginación de la santa católica. Y si ese fuera el caso, aquel cielo a medio construir –o a medio caer- opera como una perfecta alegoría visual de la fisura (el Gran Cisma quizás), fractura irreparable de la institución más poderosa de la época.

En términos actorales la obra presenta una dificultad mayor: el texto en castellano antiguo (no verso) establece una barrera cultural con el espectador. Con cargo al ritmo, los actores resuelven llevando la obra en un tono cansino. Con todo, resulta interesante que el antagonismo entre acusador y acusada no recurra a una oposición de prototipos como el de un Inquisidor Belarmino (perseguidor de Galileo y Giordano Bruno), mostrando en cambio la figura de un hombre de fe tibia, ortodoxo, escaso en sus medios, terco pero sincero.

La Lengua en Pedazos, financiada en parte por la Pastoral UC, se presenta en GAM como un homenaje a Teresa de Jesús, figura que hoy es revisitada buscando indagar en su condición de género en una época de machismo institucionalizado, empezando por el Papa.

Y justamente aquí radicaría su potencia crítica en la medida que lo que se pone en valor es una mirada histórica sobre el rol femenino oprimido por una curia más preocupada de vigilar y castigar, que de propagar la palabra de Dios  y el amor de Cristo.  En este contexto Teresa de Ávila emerge como una mujer luchadora y valiente, la vez que inteligente y sensible (se resalta su condición de escritora y poeta), que propone una nueva espiritualidad y una relación con Dios desde la horizontalidad.

Sin embargo, hoy es posible otra lectura donde aquella mirada crítica es resueltamente insuficiente. Porque la obra, en aquel rescate de la figura femenina de Santa Teresa, muestra una mujer decidida a resistir la represión de la Inquisición, pero no a cuestionar el dogma, la doctrina de la iglesia, fuente ideológica de toda dominación, incluida la de género. La diferencia es blasfema pero trascendental: en La Lengua en Pedazos, Santa Teresa parece querer cambiar las reglas del juego, no el juego.

No se trata de pedirle peras al olmo y hacer de la santa católica una iconoclasta, sino de dudar sobre una cuestión dada por obvia: ¿es hoy la figura de Santa Teresa un espacio de puesta en valor crítico de género? O dicho de otro modo, ¿tiene sentido hacer una lectura que rescate el rol femenino si dicha figura sigue inserta en la tradición dogmática y represiva de la Iglesia Católica?

Porque en La Lengua en Pedazos la inversión es paradójica: el inquisidor de Santa Teresa asume el rol de escéptico y racional para poder restablecer el orden imperante, mientras ella radicaliza su espiritualidad llevándola a lo indecible,  a lo inenarrable, lo decididamente irracional, y al mismo tiempo, real.

En efecto, el fulgor espiritual de Santa Teresa tiene similitudes con la reaccionaria fiebre religiosa norteamericana de mediados del siglo XIX (de donde provienen buena parte de las sectas que hay hoy en Chile) donde creyentes puritanos, radicales y conservadores se descolgaron bajo la promesa de volver al origen, al fundamento de las escrituras, todo con tal literalidad que lo que se adelgazó peligrosamente fue una distancia simbólica entre creencia y realidad, de ahí el éxito de criminales y embaucadores como Joseph Smith o más recientemente, L. Ron Hubbard.

Desde esta perspectiva, y tal como se sintomatiza en escena, santa e inquisidor serían uno, pulso y represión. Así podría establecerse la idea de que en realidad todo lo acontecido no es más que la alucinación paroxística devenida de un frenesí místico, de la necesidad de creer a toda prueba (aun sabiendo que ello vulnera las normas) en el contexto de una sociedad sin afuera, completamente dominada por la religión. Y a 500 años del nacimiento de Teresa de Ávila, no sólo permanece su aporte a la lengua castellana, sino también la institución que la persiguió.

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FICHA ARTÍSTICA

Dramaturgia: Juan Mayorga
Dirección: Mario Costa
Dirección Musical y Producción: Macarena Baeza
Asistente: Ramón Gutiérrez
Músico: Gina Allende
Elenco: Sara Pantoja y Alexei Vergara
Diseño Integral: Catalina Devia
Realización Vestuario: Sergio Aravena
Diseño Gráfico: Ximena Ulibarri
Ilustraciones: Verónica Barraza
Mediación: Andrea Pelegri

¿CUÁNDO?

Funciones
8 Abr al 10 May 2015

Segunda Temporada
del 18 al 28 Jun, 2015

Ju a Sá – 19 h
Do – 18 h

Lugar
GAM Sala N2
Edificio B, piso 2

Duración
60 minutos

Precios
$5.000 Gral
$3.000 Est. y 3ed.

¿DÓNDE?

Actor, Universidad Mayor. Magíster © Teoría e Historia del Arte U. de Chile.