Queridos compatriotas: ejercitando la memoria
Fuimos a ver “Queridos compatriotas” a la Sala Agustín Siré en el DETUCH, dirigida por José Manuel Gatica, la obra se presenta como teatro sonoro.
“Queridos compatriotas”, “chilenos y chilenas”, “amigos y amigas”, son algunas de las frases usadas por mandatarios chilenos en sus discursos al país durante los últimos 40 años, que en esta puesta en escena han sido rescatadas para proponer un viaje sonoro, basado en la palabra hablada por cada actor. A través de este, se recorre en forma inversa la historia de Chile desde el gobierno de Michelle Bachelet, pasando por Sebastián Piñera, Ricardo Lagos, Eduardo Frei, el dictador Augusto Pinochet, hasta llegar a Salvador Allende, siempre a través de reformas educacionales, de transporte, tratados de comercio, dictadura, desigualdad, etc.
La puesta en escena de José Manuel Gatica es sencilla: el espacio está vacío, solo vemos cuatro actores vestidos de negro formal. Cada uno tiene una partitura en un atril que seguirá durante la obra. Sonoramente, hay un cruce interesante entre respiraciones y palabras entrecortadas, además de tonos de voz y expresiones particulares de cada presidente que están muy bien logradas por los actores –a ratos incluso parece más una imitación-.
Sin embargo, la forma en que se hace la mezcla de sonidos se vuelve predecible, en la medida que se puede calcular que después de cada extracto del discurso que se escucha claramente, vendrá una serie de sonidos cortados, seguidos por un silencio. La reiteración, que puede llegar a ser un recurso valioso, no se presenta como una oportunidad, sino solo como una forma de hacer monótona y aburrida.
La iluminación, a ratos, ayuda a proponer una atmósfera distinta, sin embargo, la simpleza de la puesta, así como la falta de desarrollo de un conflicto, hacen que la obra caiga rápidamente en un tono ceremonial repetitivo y tedioso, pues la obra solo reitera los discursos mediante mezclas de sonido hechas por las voces de los actores y cambios de luces, pero no desarrolla ninguna situación dramática.
Pero el problema central de Queridos Compatriotas va más allá, y es que, la puesta en escena no porta un discurso ni relato que ayude a entender la selección de los fragmentos de discursos. En cambio, vemos una estructura que rescata hitos de la historia sobre la construcción del Chile actual, como las principales reformas de los últimos cuarenta años, pero que, sin embargo, no presenta mayor interés por problematizar lo que hoy entendemos como memoria. Y aquí cabe preguntarse ¿qué recordamos? ¿Para qué? ¿Qué relevancia tiene rescatar la figura presidencial?
Entonces al terminar los casi cincuenta minutos que dura el montaje, la sensación es de confusión, pues no termina de entenderse hacia donde se dirigen los discursos, ni con qué criterio están dispuestos en la puesta en escena. Así, Queridos compatriotas parece alinearse con una serie de obras que se enmarcaron dentro de la conmemoración de los cuarenta años del golpe de estado, en un ejercicio de memoria que reitera discursos disponibles en archivo. Entonces ¿qué tipo de puesta en acto de la memoria se busca relevar?
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Ficha Artística
Director y compositor: José Manuel Gatica.
Elenco: María Jesús Gonzalez, Felipe Lagos, Diego Nawrath y Rosario Farías.
Asistente de dirección: Diego Nawrath.
Producción y Asistencia: María Paz González.
Diseño de escena: Javier Alvarado