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Emovere: cuerpos disonantes

Fuimos al GAM a ver Emovere, una obra de danza contemporánea de la coreógrafa Francisca Morand junto al investigador y artista sonoro Javier Jaimovich. Aquí la crítica de Galia Arriagada.

Por Galia Arriagada*

 

La búsqueda de la emoción desde el cuerpo, una exploración tecnológica por medio de bioseñales que emergen desde el movimiento, a su vez materializadas en sonido, es la propuesta de Emovere, dirigida por Francisca Morand y Javier Jaimovich. La obra nos muestra el resultado de una investigación sobre danza y sonido a partir del uso de dispositivos de sensores fisiológicos.

Cuatro intérpretes recorren las emociones básicas -alegría, tristeza, rabia, miedo, erotismo, ternura- determinadas por la técnica Alba Emoting. Cada uno de ellos tiene un dispositivo bajo el vestuario, del cual se emiten señales que serán transformadas en sonido según la planta de movimiento que realicen en escena, por lo que se enfatiza el desplazamiento de los cuerpos y la interacción entre ellos en un constante flujo.

Si bien, es bastante atractivo como proyecto en sí, dilucidar la proyección de las emociones en la unión cuerpo-sonido, recae en la insistencia de la danza contemporánea (chilena) por la pregunta sobre el cuerpo desde una mirada superficial, a esto me refiero en que hay una fijación por la forma del cuerpo, en este caso como objeto sonoro móvil, sin una trascendencia por plasmar la emoción, considerando que la mencionan como motor y propósito del proceso creativo.

Alba Emoting es una técnica comúnmente utilizada por actores, por tanto, es novedoso saber que va a acontecer siendo manejado por bailarines. Sin embargo, da la impresión que hay un intento por (sobre)actuar las emociones, cuando se trata de sentirlas de manera orgánica tras un trabajo de inducción externa, basada en patrones de respiración, ejercicios y ritmos. Habría sido interesante que el elenco evidenciara el método  experimental, arriesgarse a vivenciar la emoción, los matices del control o descontrol físico, el eco de un paroxismo dominado.

El recurso de la tecnología sonora es una cualidad de Emovere. Con ella surge la posibilidad de una ampliación en el formato en la danza, la conjugación de los nuevos medios y lo que implica en materia vibracional el movimiento de un cuerpo. Su defecto es  la ligereza del tratamiento de las emociones, simplificadas a su fisonomía, impidiendo credibilidad en la coreografía.

* Teórica de las Artes U. de Chile


Ficha Artística

Dirección General: Francisca Morand y Javier Jaimovich
Dirección Danza: Francisca Morand y Eduardo Osorio
Intérpretes: Francisca Morand, Eduardo Osorio, Poly Rodríguez, Pablo Zamorano
Dirección Diseño Sonoro: Javier Jaimovich
Composición sonora: Sergio Nuñez y Matías Vilaplana
Diseño Escénico: Ana Campusano

En GAM desde el 2 al 28 de octubre 2015.