Personitas: la ingenuidad de la realidad
Fuimos a ver Personitas del prolífico director y dramaturgo argentino Javier Daulte a la Sala Antonio Varas del Teatro Nacional en el marco de Santiago a Mil 2016.
Personitas narra la historia de tres hermanos adultos, entre 40 y 50 años, que viven juntos en la casa de su madre enferma y pasan sus tardes en el garaje cuidando a unos seres microscópicos a quienes llaman “las personitas”. Estos seres viven una tranquila vida sin sobresaltos dentro de su comarca, hacia las montañas o en el lado subterráneo aún por descubrirse, a la espera de los diferentes estímulos dados por los hermanos que a veces hacen llover, otras hacen temblar, o bien como vemos en la obra, hacen aparecer cosas dentro de la ciudad mientras duermen. Y eso es justamente lo que desata la crisis, pues Adela, la hermana coqueta y liberal de la familia, ha decidido poner unas esculturas dentro de la ciudad y así sorprenderlos con obras de arte, sin saber la confusión que esto causará y las consecuencias que tendrá para el mundo de las personitas. Se desata una batalla entre ellas tratando de encontrar o descartar un significado divino de la aparición mágica de estas obras de arte.
Por su parte, René, el hermano retraído que pasa sus días encerrado cuidando su terrario de personitas, es una especie de inventor loco a quien sus hermanas cuidan especialmente. Elsa, la hermana mayor de la familia es la que se hace cargo de la madre y de la casa mientras busca enamorarse. Miguel, su pretendiente, es un sencillo dueño de una imprenta que desea casarse con ella pero sin besarla, ni tocarla para quedarse con el garaje y así tener donde guardar su auto o más adelante la misma máquina de imprenta. Por último está Elenita, una pequeña vecina de la casa de los hermanos, amiga de Adela que llega al garaje debido a su curiosidad de niña y que luego de haber sido motivo de enojos para los hermanos, termina siendo una voz que las personitas escucharon por error y a la cuál comienzan a respetar, esto da pie para que la niña se entienda a sí misma como la voz de Dios de estas personitas, cosa que todos los hermanos niegan por completo.
La puesta en escena es más bien sencilla, el diseño escénico se encarga de construir un garaje familiar que al parecer se habita más que la propia casa. De colores grises y cafés, da la sensación de un lugar guardado y secreto, pero al mismo tiempo de un espacio acogedor para los hermanos. Algo anecdótico resulta lo que se nos presenta como el segundo piso de la casa pues el aforado del teatro distrae y no permite entrar en la convención por completo.
Personitas se presenta como una comedia sobre la ingenuidad, buscando reflexionar sobre qué es real y qué es fantasía. Esta última irrumpe sin perturbar a los personajes, sin sorprender, ni cuestionar, sino como algo natural del cotidiano, algo mágico que existe sin más, y que lamentablemente en cuanto a puesta en escena podría haberse ejecutado con mejores detalles – me refiero específicamente a la abducción de Elsa donde la iluminación y el manejo corporal es bastante descuidado y en vez de invitarnos a creer en la abducción, produce un poco de pudor.
En el fondo, vemos que la relación de esta familia disfuncional termina sosteniéndose en la existencia de estas personitas, como una especie de juego donde mantener las ilusiones de la infancia sin afrontar la adultez en que se encuentran, y un lugar donde mantener cierto grado de ingenuidad frente a la vida.
A pesar de que la obra cuenta con un gran equipo de trabajo, un elenco de actores muy reconocidos en argentina, un director de la misma fama, y todo el equipo de diseño e iluminación, Personitas se queda solo en la ingenuidad de plantear una fantasía y no termina de tomar partido por alguna cosa sobre la cual discutir, dejándonos confundidos sobre qué es en realidad lo que vimos y qué debemos creer al respecto. Queda pendiente ver algún otro trabajo de Daulte para comprender su inquietud en la oposición entre fantasía/realidad y así vislumbrar qué es lo que debía circular por esta obra que simplemente no se logra ver.
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Ficha Artística
Dramaturgia: Javier Daulte
Dirección: Javier Daulte
Elenco: Héctor Díaz, Andrea Garrote, Dario Grandinetti, Laura Grandinetti, Marío Onetto Vestuario: Ana MarkarIan
Escenografía: Alicia Leloutre
Iluminación: Matías Sendón
Peinados: Néstor Pumar
Realización de vestuario: Patricia Terán
Asistencia de escenografía: José Escobar
Asistencia de iluminación: Sebastián Francia
Asistencia de vestuario: María Pía Troglio
Asistencia de dirección: Agustín Daulte, Gonzalo de Otaola (gota)
Diseño: Franco Verdoia