Federico García Lorca: el «homosexual espía de los rusos»
Fusilado por el fascismo, rescatado en Latinoamérica por la actriz española Margarita Xirgú, Federico García Lorca fue más que un dramaturgo.
Y además, masón. Bajo todos cargos fue arrestado y fusilado el poeta y dramaturgo español Federico García Lorca, en una fecha que todavía no genera consenso, entre el 17 y el 19 de agosto de 1936 (aunque recientes investigaciones fechan su muerte la la madrugada del 18 de agosto), cerca de Granada, después de dos días de arresto.
Es cierto que él venía desde Madrid arrancando de la guerra civil, mas no aceptó las ofertas de México o Colombia para partir al exilio. En cambio, una vez en su tierra, se refugió en casa de dos antiguos amigos falangistas. En consideración a que la ciudad era controlada por los fascistas sublevados, parecía una buena estrategia «dormir con el enemigo». Muy presumiblemente la idea era esperar ahí hasta que las cosas se calmaran.
Pero nada mejoró. Por eso es que tres años después de su muerte y habida cuenta de la existencia de campos de concentración donde eran torturados miles de presos políticos, Neruda, el embajador español Rodrigo Soriano y el gobierno popular chileno encabezado por «Don Tinto», alistaron un plan de rescate para traer a Chile y por mar, a unos 2.500 españoles republicanos.
A otros la dictadura franquista los pilló en el extranjero. No les quedó más opción que aceptar la gentil invitación a no volver a pisar la tierra que los vio nacer. De ahí que la gran actriz y directora Margarita Xirgú, -figura central para la renovación del teatro en Chile-,se viniera a Latinoamérica, adoptando finalmente la nacionalidad uruguaya.
Resulta que en años previos a la guerra, La Xirgú y Federico García Lorca fueron tributarios de un mutuo respeto profesional. De hecho, en buena medida es por ella que el dramaturgo español (y también otros autores como Valle-Inclán, Unamuno, J. Ortega y Gasset o Alberti) se da a conocer en circuitos escénicos internacionales. El propio Pirandello diría de la actriz española: «el cine, con todos sus recursos, es incapaz de producir un fenómeno de sensibilidad como el que consigue esta formidable actriz».
La amistad entre Margarita Xirgú y Federico García Lorca fue un gran regalo para el mundo. No así la del poeta español y los falangistas que lo recibieron en su casa.
Quien sabe por qué, él nunca pensó que, en nombre del fascismo, sus propios amigos lo traicionarían.«Esa confianza en que el hombre es siempre humano, ese creer que un amigo, fascista o no, es un amigo, le costó la muerte», afirmó posteriormente el poeta Gabriel Celaya. Así fue como se apagó la vida de uno de los más interesantes dramaturgos españoles del siglo XX.
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Imagen: «El 3 de mayo en Madrid», óleo de Francisco de Goya, 1814.