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Mateluna: el proceso o la puesta a prueba de la memoria

Luego de ver «Mateluna», Gonzalo Geraldo se pregunta «¿cómo recordamos?» «¿de dónde sacar fuerzas para resistir?»

Por Gonzalo Geraldo Peláez

ALEKO: Me imagino una revolución
Neva
(2006)

En una reciente entrevista radial, el director y dramaturgo chileno Guillermo Calderón afirmó que en su último montaje, Mateluna, los fundamentos de su teatro, la crítica y el diálogo se desplazan del espacio de la intimidad al de la provocación. Tal horizonte parece responder a las demandas últimas de un teatro que imagina una comunidad o una utopía realista donde su escena “[muestra] en un segundo la idea de justicia”, donde su escena pone a prueba la Historia.Una utopía de aspiración o carácter realista que se define en la puesta en escena como la realización de lo real, de aquello que se está viviendo o padeciendo; animando a los actores a tomar parte de su tiempo, comprometiendo su palabra, restituyendo su lugar político.

Para ello, Mateluna subsume la idea de fábula o intriga y su realización (continua, lineal) a la búsqueda e indagaciones (“refractarias”) en torno a lo real, específicamente, al contexto sociopolítico que proyecta la transición democrática y sus resistencias. Su lógica “refractaria” se lee a partir de la tensión irresoluta entre recuerdo y olvido, restitución y denegación de nuestra memoria (posdictatorial, “transicional”), desviando y negando el curso o el juicio del relato, del tribunal histórico reciente.

De ahí que Mateluna suscite tanto en sus actores como espectadores la inteligibilidad de un documento político caduco, anómalo, la experiencia desnuda de la guerrilla urbana que franquea tanto las habladurías e insignificancias revolucionarias (sus ruidos, sus silencios, su prosaica cotidianeidad) como la pregunta por su lugar, por la actualidad de la violencia política y su discurso de clase. Este paso o salto dialéctico orientado de la “ficción” teatral a operaciones (y dispositivos) que intervienen la realidad intensifican las preguntas más urgentes de la puesta en escena (¿cómo se representan, cómo se actúan los materiales de la realidad?) al ensayar una experiencia dizque perdida u olvidada.

La interrogación por los índices o huellas de sobrevivencia de la experiencia revolucionaria experimenta, pone a prueba los límites de la representación y la actuación, ya que, los diversos materiales documentales (fotografías y cartas personales de Jorge Mateluna, grabaciones y expedientes de su caso[1]) y sus réplicas fictivas (fragmentos de la educación guerrillera y anarquista urbana criollas, diálogos de la resistencia antifascista europea: Escuela, “Vaca”, “Comunicado” y “Resistencia”) exige que los actores (y su director) tomen la palabra, abriendo paso a la interrupción de su trama y su necesidad o contingencia. La obra se convierte en un proceso, en un momento o una estación de una coyuntura política, que hace de sus restos y quiebres una experiencia que se está viviendo.

Mateluna hace un teatro político realidad en los cuerpos, las voces, los afectos de una obra en proceso, una obra-acción que nos interpela como comunidad: ¿cómo recordamos? De una memoria inacabada e impura no se puede representar la totalidad de su sentido ni recobrar la cultura militante y solidaria de los movimientos guerrilleros urbanos.

La Causa o los principios y su faz melancólica y redentora, son redestinadas por un alegato que contradice y suspende el curso monumental, luctuoso de los recuerdos del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Mateluna imagina la justicia, imagina la Historia, a partir de los trazos de una fotografía (de un hombre libre), de los ecos de una canción (ya no de Víctor Jara ni Silvio Rodríguez, sino Erasure), ya no de un memorial ni de su nostalgia: “¿de dónde sacan sus fuerzas para resistir?”.

[1] Jorge Mateluna, ex miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, condenado a 19 años de prisión en la Cárcel de Alta Seguridad por su presunta participación en el asalto a una sucursal bancaria de Pudahuel el año 2013 (https://www.biobiochile.cl/noticias/2015/12/15/ex-frentista-condenado-por-robo-acusa-vicios-en-el-proceso-hay-una-condena-a-mi-pasado.shtml).